Por: Rafael Cruz

Orientador Educativo (CIVE)

Saúl es un joven que siempre ha sido considerado por lo demás como un chico promedio, “es buena onda, aunque no lo conozco bien”, mencionan sus compañeros de clase cuando les preguntan por él.

Él sabe que, si bien no es el chico más popular, hay gente con la que cuenta cuando tiene algún problema. No obstante, en los últimos días se ha sentido desmotivado, cansado, irritable y hasta en ocasiones ha pasado más de medio día dormido en su cama. Y no sabe muy bien por qué.

Sus padres, lo han visto un poco diferente, pero no se han tomado el tiempo de preguntarle si está bien “Normalmente se enoja cuando le preguntamos”, dicen. Así que han decidido dejar a Saúl para que se recupere él sólo de lo que sea que tenga.

Para sumar a todo esto, a Saúl no le ha ido bien en la escuela. Anteriormente, en la preparatoria, sacaba puros nueves y dieces, sin embargo, entrar a la universidad ha sido para él un nuevo reto, un reto que le ha explotado en la cara en esta primera etapa de exámenes. Pues reprobó algunos de los más importantes.

Asimismo, no ha podido empatizar con los de su salón, incluso cree que a varios de ellos les ha caído mal desde que entró por primera vez al salón.

No ha querido comentar cómo se siente a nadie, mucho menos a sus padres. Es por ello que, en los últimos meses, este malestar ha ido creciendo.

La aparente falta de interés por parte de sus padres, le ha despertado pensamientos que no tenía desde hace mucho: “Quizá no les importo”, “Nunca han estado para mí” o “Mi vida es un desastre, y es mi culpa que sea así”

Los compañeros de su salón ya han conformado grupitos, a los cuales le parece complicado integrarse a estas alturas. Por lo que su sentimiento de soledad ha ido creciendo poco a poco durante este tiempo.

Por si fuera poco, sus calificaciones no han mejorado desde el inicio del ciclo y no han hecho más que empeorar.

A estas alturas, la impresión que Saúl tiene de sí mismo es la de ser una persona incapaz de desenvolverse en el ámbito social, de mejorar sus calificaciones. Es decir, se percibe como un “desastre de persona” y como “totalmente incapaz de reordenar su vida”.

Ya ni siquiera le interesa el futbol y los videojuegos como antes solían hacerlo.

Cuando ha salido con sus amigos de la prepa, hace todo para que no se note que está triste, también cuando sale con su familia a pasear.

Su malestar es un secreto que solo él y su perro, a quien le cuenta todo, conocen. Y la imagen que tiene de sí mismo ha pasado de la de “El chico simpático y sociable” que conocen sus amigos de la preparatoria, a la de “El chico raro del salón”.

Así, poco a poco, mientras no encuentra el ánimo para mejorar su vida, Saúl se va hundiendo más y más en una espiral de tristeza que lo ha llevado, incluso, a pensar en la muerte….

¿Qué es la Depresión?

Lo que Saúl tiene es algo que va más allá de una simple “Tristeza” y definitivamente no es algo de lo que saldrá simplemente “echándole ganas”. Por lo que es muy importante prestarle la atención debida.

Es parte de los llamados trastornos afectivos del ánimo, específicamente uno que se llama Depresión, para la cual sus causas, evolución, pronóstico y tratamientos ya se conocen muy bien. Siendo estos últimos, muy eficaces si se llevan de manera adecuada.

Durante la depresión, una persona puede percibir el mundo como mucho más sombrío, lento, agresivo y “gris” de lo que le parecía antes.

Lo primero que notaremos en una persona deprimida será su tendencia a aislarse, su falta de atención, concentración y en casos severos su falta de higiene personal. Veremos también una creciente falta de confianza, desarrollo de ideas pesimistas hacia el mundo, los demás o hacia sí mismos. Llegando incluso a desarrollarse ideas de enfermedad, muerte y hasta intentos de suicidio.

¿Por qué nos deprimimos?

La depresión suele verse como una enfermedad con causas múltiples. Si bien hay evidencia que sugiere un fuerte componente genético, la historia de vida, las relaciones familiares y sociales, normalmente son parte del desarrollo de la enfermedad cuando son vistos por el paciente como complicadas o traumáticas. Aunque no siempre se requiere un familiar con depresión para poder ser diagnosticado con esta.

Una autoestima débil, normalmente es propensa a resentir más los contratiempos de la vida y a desarrollar depresión. Un cambio de escuela, el divorcio de los padres, un rompimiento o la muerte de un familiar pueden desencadenarla.

Por otro lado, hay tipos de depresión que surgen meramente de malestares fisiológicos. Es por ello por lo que, un diagnóstico clínico, normalmente se acompaña de pruebas de laboratorio para descartar factores médicos que pudieran estarla generando.

¿Qué debemos hacer?

Diversos factores pueden favorecer la prevención y diagnóstico oportuno de la Depresión. Incluso los diversos actores de la sociedad podemos aportar de diferente manera para prevenirla o combatirla.

Padres de familia:

• Fomentar un ambiente de confianza con mi hijo/a: Lo que promoverá que tenga la confianza para contarle sobre sus problemas y sentimientos.
• Elogiar esfuerzos y promover la confianza puede ayudarle a fortalecer su autoestima.
• No ignore los síntomas. Si nota un cambio repentino en su conducta y lo nota “más apagado” o aislado, con pensamientos de muerte o ideas suicidas, quizá sea momento de preguntarle ¿Cómo te encuentras? O ¿Te puedo ayudar con algo?
• Solicitar un diagnóstico con un profesional: En caso de que considere que su hijo/a tenga depresión.

Alumnos:

• Estar atentos a mis amigos para ver si no hay un cambio importante en su conducta.
• Si noto a alguno de mis amigos desmotivado, muy cansado o simplemente muy tiste. Preguntarle cómo le puedo ayudar o canalizar con el área de Orientación de tu Escuela.
• Evitar molestar, agredir o llamar con apodos a mis compañeros. Nadie sabe lo que está viviendo el otro y es muy importante ser empáticos.

Todos:

• Informarnos lo más posible sobre este padecimiento y acercarnos a los especialistas ante la menor duda de que mi hijo o algún familiar cercano pudiera estar viviendo con Depresión.

 

Si en este momento tienes alguno de estos síntomas, es importante que sepas que no tienes por qué vivirlo sólo. En el CIVE podemos escucharte y apoyarte, sin juicios y en un ambiente completamente seguro.

Si tú o un conocido tuyo necesitan ayuda, puedes contactarnos al correo:

sofia.garza@lasalle.mx

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Instagram: lasallemx_cive

Más información:

https://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/103/repelear-en-el-vacio-la-depresion-en-la-adolescencia#:~:text=Criterios%20diagn%C3%B3sticos%20de%20depresi%C3%B3n%20mayor&text=P%C3%A9rdida%20de%20inter%C3%A9s%20o%20de,lentitud%20mental%20y%20de%20movimientos.

 

https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/emotional-problems/Paginas/childhood-depression-what-parents-can-do-to-help.aspx