El pasado 3 de febrero tuvimos el agrado de realizar el “conversatorio” sobre la Encíclica Fratelli Tuti del Papa Francisco; fue un evento que buscó recordarnos a todos la importancia de generar fraternidad en una sociedad herida por la división, el conflicto y los intereses egoístas. El tema de nuestro evento fue “Implicaciones de la Encíclica Fratelli Tuti en la realidad social, acciones y propuestas”.
En dicho conversatorio contamos con la participación del Exmo. Mons. Carlos Samaniego, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, del Hno. Roberto Medina, Vicerrector de Bienestar y Formación de la Universidad La Salle México, de la Dra. Jutta Battenberg, de la Universidad Iberoamericana, el Mtro. Gerardo Cruz, del IMDOSOC y la Mtra María De Los Ángeles Garriga, coordinadora de la Coordinación de Desarrollo Social Y Comunitario en nuestra universidad.
El tema quiso ser un avance hacia lo que el Papa Francisco invita en dicho escrito: impulsar un diálogo que proponga cambios en todos los ámbitos de la sociedad e impulse una convivencia fraterna. Por eso nuestros ponentes abarcaron los diversos campos de la sociedad, la educación, la comunidad de fe, nuestra universidad y el espíritu lasallista.
Los temas, aunque diversos, han partido de una realidad: nuestra sociedad se encuentra en el límite de la fractura; no se puede continuar como estamos, pues hemos construido una sociedad cada vez con más división, cerrazón y fracturas; es menester hacer conciencia de la realidad que impide ser hermanos y caminar hacia cambios radicales que impulsen una nueva forma de concebirnos, de estructurarnos, de relacionarnos. Urge el cambio de actitud ante los más desprotegidos, pobres, desplazado, migrantes…
Son necesarios los cambios en las estructuras y valores económicos, en la organización social, en el trato con la “hermana madre tierra”, etc. Es necesario, coincidieron los panelistas, atreverse a soñar y a aspirar a un mundo capaz de fundarse en el valor de la fraternidad universal, de un trato que recupere la dignidad de todos los seres humanos, en especial a los “descartados” y marginados; un mundo donde la creación también encuentre un lugar como hermana nuestra; en fin, una sociedad que posibilite la fraternidad auténtica.
¿Un sueño?, sin duda, pero como lasallistas estamos llamados a creer e impulsar la fraternidad; somos hermanos, creamos comunidad y estamos convencidos de algo: “indivisa manent”.
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