Fatiga por Confinamiento
Información por: Lic. Guillermina Oropeza
Falta menos de un mes para que se cumpla un año del primer confinamiento. A escasos días de que esto suceda, el cansancio se va haciendo más evidente. La mayor parte del tiempo encerrados, sentados frente a una computadora, teniendo clases, juntas y un sin fin de actividades que nos llevan a sentirnos agotados.
No sólo es un cansancio físico, es un cansancio emocional y psicológico que se manifiesta a través de diversos síntomas.
Durante todo este tiempo hemos tenido que renunciar a lo que conocíamos y adaptarnos a nuevas formas. La vida se paralizó por un momento, nos tuvimos que resignar a dejar muchas cosas atrás, desaprender para aprender nuevas formas de vida.
Algo a lo que no terminamos de acostumbrarnos, es a estar lejos de nuestros seres queridos, familias y amigos.
Todo esto ha provocado una sensación de que sólo nos hemos quedado con las obligaciones, dejando atrás aquello que nos gustaba y que disfrutábamos, cosas que eran el motor para poder seguir en el día a día, es decir, los estímulos positivos de la vida.
La OMS ha denominado a este agotamiento: “Fatiga por Confinamiento”. Que hace referencia al cansancio que se siente por el desgaste emocional, derivado de estar constantemente en un estado de alerta y de excesiva vigilancia, la incertidumbre a la que nos enfrentamos y la falta de control que sentimos frente a la pandemia y la de nuestra propia vida.
Algunos de los síntomas relacionados a dicha fatiga podrían ser:
Apatía, frustración, irritabilidad, agotamiento y desmotivación. Los síntomas físicos podrían ser, alteraciones del sueño, dolores de cabeza, de espalda, cansancio, problemas gastrointestinales y en algunas personas ansiedad, que puede manifestarse como falta de aire y/o taquicardia.
Para poder evitar el efecto de esta fatiga, es importante que tratemos de enfocarnos en aquello que sí está en nuestro control y tratar de no poner tanta atención a aquello que no controlamos.
Algunas cosas que sí están en nuestro control son: las rutinas, el ejercicio físico y un espacio para nosotros haciendo aquello que nos genera bienestar.
También es importante dosificar el tiempo que pasamos viendo noticias e información sobre el COVID, el exceso de información también genera agotamiento.
Recuerda que en la Universidad La Salle podemos apoyarte si estás viviendo este proceso.
Contáctanos en el Área de Orientación Educativa: sofia.garza@lasalle.mx
¡Recuerda que tu salud y la de tu familia es lo más importante!
#LasallistasEnCasa
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