Por:
Víctor Espino
Orientador Educativo CIVE
Que afortunados somos los que conocimos y convivimos con estas personas que forman una parte muy importante dentro de nuestro núcleo familiar. Me refiero a esos pilares, pieza fundamental en el desarrollo de nosotros, los nietos.
Son las personas que dan un cariño inconmensurable, indescriptible, tan genuino que nunca se olvida, que nos hace ser grandes personas y que por ese gran cariño se hacen merecedores de un gran respeto en la familia.
En nuestra sociedad actual, donde la mayoría de los padres tienen que trabajar, el papel de los abuelos juega un rol importante para el cuidado de los pequeños y también de los adolescentes, muchas veces están a cargo de los alimentos, de acompañarlos por las tardes, de ser conciliadores ante problemas entre padres e hijos.
Cuando las familias se reúnen en casa de los abuelos se crean oportunidades que permiten experimentar el valor de la unión familiar, se comparten momentos formativos que sirven de preparación para la adultez.
Ya sean maternos o paternos, los abuelos son un ejemplo de vida, insustituibles, aparecen para ayudar a toda la familia en momentos de desesperación o angustia, por eso es importante que ellos cuiden de su salud, que hagan ejercicio que coman adecuadamente, que disfruten de la etapa que les toca vivir por lo ya trabajado y a nosotros, como nietos, también nos corresponde velar por ellos en retribución a ese enorme cariño que les tenemos.
Si tienes a un abuelo cerca, quiérelo, mímalo, respétalo, aprende de él, pídele consejos, escúchalo, aunque a veces cuente varias veces la misma historia, cuídalo, siempre nos brindan un amor incondicional y la convivencia con tan hermosas personas hace que tengamos efectos positivos en la manera de ver la vida, traduciéndose en bienestar emocional para lograr una vida plena.
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